Un referéndum clave para el futuro de la Unión

50 millones de británicos están llamados a las urnas el próximo 23 de junio, donde decidirán si el Reino Unido continua o se sale de la Unión Europea. Así lo convocó el gobierno inglés, tras la cumbre del 18 y 19 de febrero en Bruselas donde acordaron nuevas medidas para atraer al grupo de los 28 al electorado inglés que ha mostrado su rechazo al proyecto común ante el aumento de la inmigración europea y la crisis económica.

El Reino Unido siempre ha tenido un concepto muy distinto del ente supranacional que el resto de los socios europeos. La crisis económica dejó al sur de Europa en serias dificultades frente a las economías del norte, eso hizo que muchos optaran por ir a Inglaterra a buscar oportunidades. 333.000 personas se registraron en el último año, ciudadanos de la propia Unión de países como Portugal, Grecia o España.

El líder conservador, David Cameron, reiteró la promesa de rebajar el número de inmigrantes netos hasta los 100.000. Sin embargo, el primer ministro aseguró que el Brexit sería "un acto de autolesión económica" y recalcó que la salida podría suponer una pérdida de 4.300 libras (más de 5.000 euros por familia).

El brexit costará a los británicos
más 5.000 euros por familia

Para ello, Cameron fue en busca de un acuerdo previo en Bruselas para afrontar la convocatoria del Referéndum. Su objetivo era que, tanto el Reino Unido como otros países que no forman parte de la moneda única, garantizar el acceso al mercado único. También, quiere que Londres quede eximido de una mayor integración europea, que la UE ponga énfasis en la competitividad y que se restrinja el acceso de los comunitarios a las ayudas estatales. Este último punto es considerado como el más polémico, porque Cameron pide que los ciudadanos de la UE que quieran residir en el Reino Unido estén obligados a trabajar y pagar impuestos durante un período de cuatro años antes de acceder a las ayudas estatales.

La llegada de numerosos ciudadanos de la Unión Europea, la acogida de refugiados o la presión del campo de Calais sigue siendo una de las grandes incertidumbre en el espectro británico, puntos que sumado a la falta de cooperación de una política comunitaria sobre migración ha hecho que el electorado inglés pretenda salir de la UE. Mientras, las encuestas se debaten en un resultado ajustado y poco claro, 50-50.

Juncker: “Los desertores no serán recibidos con los brazos abiertos en Bruselas”

Desde el continente los mensajes son continuos. "Los desertores no serán recibidos con los brazos abiertos en Bruselas”, así de contundente declaraba Jean-Claude Juncker en una entrevista publicada por el diario francés Le Monde ante la posible salida del Reino Unido en el Referéndum del 23 de junio.

Los expertos coinciden en dos aspectos, el primero que nunca antes se había planteado un panorama igual por lo que la “incertidumbre” reina, además señalan que la económica es la única que puede garantizar su recesión ante un hipotético Brexit.

Por otro lado, la falta de información también está presente sobre el Brexit. De momento, los ciudadanos van a votar a ciegas. No se sabe el tiempo en el que saldrán de la UE ni tampoco como afectará a sus relaciones vecinas. Pero eso sí, el electorado inglés asume el reto de decidir el futuro de una Unión tocada por la desigualdad de naciones.